El juego y el desarrollo en los niños
El juego es una actividad esencial para los más pequeños. En este post repasamos los aspectos más importantes para hacer del juego y los juguetes una experiencia positiva para los niños.
El juego es una actividad esencial para los más pequeños. En este post repasamos los aspectos más importantes para hacer del juego y los juguetes una experiencia positiva para los niños.
La adolescencia supone la transición de la niñez a la edad adulta, donde los jóvenes se encuentran en un estado de gran fragilidad emocional que suelen expresar mediante:
En «El niño feliz», el libro de Dorothy Corkille Briggs, editado por Gedisa se señala la autoestima como clave para la felicidad de los pequeños.
Autoestima como forma en que cada individuo se ve a sí mismo y los sentimientos que se despierta, no como engreimiento.
Estos son algunos elementos clave para el desarrollo de la autoestima en niños según Corkille:
La mentira es una afirmación que tiene por finalidad engañar a los demás sobre hechos sucedidos o por suceder, en provecho propio o sin finalidad aparente.
Hay que tener en cuenta que entre los tres y los seis años una de las características de los niños es su imaginación desbordante y no tener claros los límites entre lo real y lo fantástico.
Para conseguir aumentar la sociabilidad en nuestros pequeños es conveniente trabajar mediante juego de roles para aprender a solventar situaciones conflictivas en clase, con los amigos, etc.
En muchas ocasiones los síntomas de los celos son más que evidentes en los niños. En otras ocasiones se pueden confundir con otros trastornos o enfermedades físicas, impidiendo a los padres detectar si se trata de algo real o emocional.
Generalmente entre los dos y cuatro años, los niños tienen pataletas y/o rabietas.
Estas son normales en este periodo del desarrollo emocional del niño, ya que esta empezando a formar su propia identidad y se cree el centro de todo lo que le impide aceptar un no.
En la siguiente presentación hablamos sobre los aspectos negativos provocados por la falta de sueño en los niños de cero a tres años. Después sobre las formas de ir educando al menor para que cree hábitos que le permitan dormir sin interrupciones y en su propia habitación, evitando las visitas a la cama de los padres.
El sueño es esencial para la salud y desarrollo del niño. Los niños que duermen lo suficiente funcionan mejor y son menos propensos a problemas de comportamiento e irritabilidad. Por eso es importante que los padres ayuden a desarrollar a sus hijos buenos hábitos de dormir desde una edad temprana.
Para potenciar las actitudes deseables en nuestros pequeños hay que conseguir incrementar las conductas positivas.