Asesoramiento padres: 13 consejos para poner límites a los niños

Desglosamos con más información los consejos sobre psicología infantil que comentábamos en nuestro anterior artículo:

  1. Claros y sencillos: Teniendo en cuenta de las edades de los niños dar una sola orden. El leguaje con el que se explica el límite también debe de ser adecuado a la edad del niño.
    En las edades que estamos hablando, primera infancia, es importante:
    • establecer contacto visual
    • voz sosegada y firme
    • frases sencillas
    • no utilizar preguntas
    • decir al niño lo que se piensa
    • escuchar a través del comportamiento
    • definir sentimientos
    • tiempo para escuchar
  2. Hacer con ellos lo que le hemos pedido: podemos acompañarle e iniciar la acción con él. Una vez que empiece a hacerlo, nos retiramos para que continúe solo. Así le ayudamos a que se centre en la tarea sin que se despiste con otros asuntos.
  3. Coherentes: los límites no deben ser improvisados ni arbitrarios. Deben estar pensados, razonados y consensuados entre los adultos. Debe estar previsto que hacer en el caso de que le niño se salte el límite.
  4. Descritos con sus consecuencias: los niños deben saber las consecuencias tanto positivas como negativas de no aceptar los límites. Y los adultos que vayan a estar con los niños, cuidadoras, abuelos educadores, canguros, etc y no hayan participado de la elaboración de los limites y que se aplicaran las consecuencias sin vacilaciones.
  5. Firmes: el tono de voz con el que nos dirijamos a los niños es muy importante a la hora de trasmitirle la importancia del límite. Lo mismo que la expresión de la cara.
  6. Todos deben cumplirlos: ejemplo las comidas.
  7. Necesarios y suficientes: hay que decidir entre los adultos que normas son las necesarias para un buen funcionamiento del día a día en casa. No por más límites o normas es más efectivo.
  8. Adaptados a la edad del niño: además de tener en cuenta el estadio evolutivo en que se encuentra el niño, debemos adecuar lo límites al ritmo de desarrollo de cada niño para exigirle cosas. Si los límites superan las capacidades del niño lo normal es que aumentará su inseguridad al no poder realizarlas. Y por el contrario si les pedimos menos de lo que pueden hacer, estamos sobreprotegiendo e impidiendo crecer al niño.
  9. El mensaje debe centrarse sobre la conducta: si pretendemos que un niño haga o deje de hacer algo hay que decírselo con claridad, centrándonos en la conducta (romper, pegar, …), no en la actitud del niño, “eres malo”.
  10. Ser lo mas concretos posibles: y más a la edades tempranas, que aun no tienen consciencia del tiempo, hay que establecerles, que, por ejemplo, no levantarse de la mesa hasta que termine de comer, no es solo el primer plato, sino también el postre.
  11. Hablar con calma: dar las órdenes con un tono de voz normal pero firme, puede trasmitir mas solidez, que dar un grito, que solo nos está indicando que se empieza a perder el control en uno mismo. Con la comunicación no verbal gestos, expresiones faciales, y con la expresión verbal, el tono de voz serio, no hacen falta gritos, el niño va entendiendo que no puede hacer lo que él quiere.
  12. Fijar la consecuencia que traerá el incumplimiento de la norma: si pesamos según el ejemplo de la comida que el niño puede saltarse la norma de levantarse, le recordamos: si te levantas de la mesa antes de terminar el primer plato, no ves los dibujos animados de la tarde.
  13. Actuar en consecuencia: un límite es firme y eficaz si siempre lleva aparejada la consecuencia. La consistencia es el punto mas importante del establecimiento de los límites. Para poner limites de forma eficaz hay que trasmitir seguridad y estar convencidos de la necesidad del mismo.