Los celos constituyen parte del desarrollo emocional de cualquier persona. Son una respuesta normal a una situación especial que acontece en un momento determinado dentro de la evolución familiar.
Hay una serie de características que hacen que para el niño sea más difícil gestionar la emoción de tener celos, como son un temperamento fuerte, la tendencia a la ansiedad alta, una autoestima disminuida, la baja tolerancia a la frustración, una dependencia fuerte hacia los padres, así como un vínculo o apego inseguro. Solo hablamos de celos patológicos cuando afectan de forma excesiva el funcionamiento habitual del niño y su familia.
Si va a nacer un hermanito/a, puedo ayudarte con las pautas adecuadas el tratamiento preventivo de los celos que permitirá al hijo mayor tolerar y compartir a los papás. Y si ya ha nacido el nuevo bebé, ayudando a tu hijo mayor a gestionar sus sentimientos y a que la dinámica familiar sea lo más llevadera posible en este nuevo periodo de adaptación familiar.
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