¿Cómo ayudo a mi hijo/a a aprender sin pantallas?

En el artículo de hoy, vamos a profundizar en una situación recurrente entre los papás y las mamás de niños de entre 0 y 3 años. Esta situación tiene que ver con técnicas para ayudar a nuestros hijos e hijas a aprender; y algún consejo práctico para fomentarlo evitando el ‘recurso fácil’, esto es, las pantallas de móviles, tablets y televisión.

En primer lugar debemos comenzar por el principio dando respuesta a la siguiente pregunta:

¿Cómo aprenden los niños de 0 a 3 años?

En los primeros 12 meses de vida, el mejor aprendizaje es el uso del suelo para las actividades y, a medida que van madurando, el uso de juguetes o de objetos de la vida diaria que les permitan desarrollar la psicomotricidad fina y gruesa.

Entre los 12 meses y los 18 meses, el niño quiere jugar y que juguemos con él. Es importante dejar que él nos dirija en su juego y no establezcamos reglas más allá de lo que pueda ser peligroso para él. Esto es lo que se llama el juego no estructurado.

¿Qué podemos hacer como padres para evitar las pantallas?

Una de nuestras labores principales como padres es calmar a nuestros hijos, es decir, proporcionarles las estrategias adecuadas para ir alcanzando una regulación emocional adecuada. Esto es así ya que los niños, por sí solos, no aprenden esta destreza sino que la asimilan mediante la interacción con el adulto.

Aunque en ocasiones es el adulto quien esta más alterado que el niño, transferimos el malestar a nuestro hijo y no conseguimos calmarle. Cuando los padres alcanzamos este punto de frustración, ¿qué hacemos? tanteamos a darles comida, juguetes, el móvil o la tablet. Para nuestra sorpresa esto funciona; todos esos sonidos, movimientos, imágenes y colores hacen que nuestro hijo se tranquilice y por lo tanto nosotros también. Debido a que esto nos ha funcionado, lo comenzaremos a emplear cada vez que no consigamos que nuestro hijo se calme, transformándose en un uso excesivo a edades tempranas y en pleno desarrollo cerebral del pequeño.

El riesgo es que se utilicen de modo habitual las pantallas para que el niño no moleste, el niño está quieto porque está recibiendo una información que no es capaz de procesar a gran velocidad. Si usamos las “pantallas niñeras” debería ser el último recurso.

Todo esto que nos hace volver a nuestra tranquilidad, genera una serie de consecuencias negativas a largo plazo en el niño.

¿Cuáles son dichas consecuencias negativas? Lo comentaremos en nuestro siguiente artículo.