Rutinas a la hora de dormir
El sueño es esencial para la salud y desarrollo del niño. En este artículo vamos a ver algunas claves para instaurar en nuestros hijos una buena rutina de sueño.
Los niños que duermen lo suficiente y que no tienen problemas de sueño funcionan mejor y son menos propensos a problemas de comportamiento e irritabilidad. Por eso es importante que los padres ayuden a desarrollar a sus hijos buenos hábitos de dormir desde una edad temprana.
También a estas edades los niños desarrollan sentimientos de preocupación o miedo por separarse de sus padres, lo que les dificulta asumir la hora de irse a dormir.
La rutina de acostarse tiene dos funciones importantes:
- Permite al niño conocer un patrón constante que no va a manipular a su antojo.
- Lo prepara para dormir en una secuencia tranquila de acontecimientos destinados a ayudarlo a relajarse.
Un ejemplo de rutina para la hora de irse a dormir podría ser el siguiente: (la cena y el baño se pueden alterar según convenga)
- Cenar.
- Baño y puesta de pijama.
- Ir a la habitación que debe de ser silenciosa, bien ventilada y de temperatura adecuada. ( 18º-22º)
- Acostar al niño.
- Dar las buenas noches, un beso y salir de la habitación.
Otras claves a tener en cuenta son las siguientes:
- Tener una hora fija todas las noches para irse a la cama.
- Hacer que la hora de acostarse sea una experiencia positiva y relajante sin televisión ya que esta puede interferir en la rutina de acostarse y dormirse.
- Reservar las actividades relajantes y que le gusten al niño para realizarlas en su habitación.
Estimule al niño a dormirse por sí mismo. Haga que su hijo establezca asociaciones positivas hacia el sueño. Un niño que se duerme por sí solo podrá volverse a dormir con más facilidad si se despierta a veces por la noche. El despertarse algunas veces por las noches es normal.
No contribuya a que el niño no pueda volverse a dormir cuando se despierta ya que si usted acude a la habitación del niño cada vez que se despierta intensifica la necesidad de su presencia para que el niño vuelva a dormirse. Es importante que el niño reciba un mensaje claro y consistente de que la expectativa es de que se duerma sin ayuda. Aunque siempre hay excepciones cuando esta enfermo.
Respecto a la alimentación antes de dormir, la leche y sus derivados ayudan a conciliar el sueño.