Cómo actuar con los hijos/as cuando los padres se divorcian (Parte II)

Continuamos con el mismo tema del mes pasado, tratar de solucionar dudas sobre cómo actuar cuando los padres se divorcian.


Cómo informar de una separación o divorcio a hijos/as adolescentes

Los hijos e hijas adolescentes pueden comportarse de manera contradictoria ante el hecho de la separación del padre y de la madre.

Algunos se comportan de manera “adulta” y responsable y “entienden” la separación y no quieren tomar partido por ninguna de las partes; en otras ocasiones, niegan el problema, se enfadan o se encierran en sí mismos y tienen conductas que indican el desacuerdo con la decisión tomada, a veces con fuerte descarga emocional (discusiones), y es que hay que recordar que en la adolescencia las emociones se viven con una gran intensidad.

Aparecen en el adolescente sentimientos ambivalentes de suficiencia y dependencia. Tienen preocupaciones de tipo económico, debido a la conciencia de los efectos del divorcio en la disminución de recursos.
El adolescente y la adolescente sigue necesitando aún el apoyo emocional.

¿Con cuánto tiempo hay que comunicar la decisión de la separación a los hijos?

No hay un periodo de tiempo establecido, depende de cada caso, pero debe realizarse con tiempo suficiente para que el niño o la niña pueda asimilar la decisión y los cambios que se van a producir. Estamos hablando, cuando decimos “tiempo suficiente”, de un periodo, en la mayoría de los casos, de entre una y tres semanas antes de que el padre o la madre abandone la casa.

Los padres y las madres, al hablar con los hijos e hijas de la decisión, no deben convertir la comunicación en un monólogo en el que sólo habla el adulto; tan importante como qué se le dice y cómo se le dice es que también el niño o niña hable e indique cuáles son sus impresiones, dudas, preguntas… Es necesario “animar” a que verbalicen sus pensamientos y sentimientos. Los padres y las madres deben ayudar a los niños y niñas a expresar su malestar, y no negar que el niño o la niña tenga emociones negativas, miedo o rabia.

Conviene preguntar a los hijos e hijas, cuando tienen edad para ello, por las actividades y hábitos que les gustaría mantener después de la separación con el padre y con la madre, sobre todo con quien sale de la casa. También es importante que en los acontecimientos relevantes de los niños y de las niñas, como cumpleaños, comuniones… estén presentes ambos progenitores.

Cuando los niños y niñas son pequeños conviene evitar decirles que la separación se produce “porque se ha terminado el amor”; aunque fuese verdad, se podrían alimentar fantasías en los pequeños de que también se puede acabar el amor del padre o de la madre hacia ellos. Por el contrario, sí deben oír referencias o frases sobre lo importantes que han sido en la vida de los padres y madres sus nacimientos; deben escuchar que el tenerles a ellos ha sido lo mejor que les ha ocurrido en su matrimonio.

¿Cómo pueden reaccionar los hijos e hijas ante la separación?

Por muy “bien” que se hagan las cosas, por muy civilizadamente que se lleve a cabo la separación, en ocasiones ésta provoca en los hijos e hijas diferentes reacciones de desagrado y desacuerdo con la misma, tras la ruptura de pareja del padre y de la madre.

Entre las reacciones más frecuentes se encuentran las siguientes:

  • Relacionadas con un bajo estado de ánimo y alteraciones en el humor: tristeza, preocupación, angustia, miedo o llanto.
  • Relacionadas con el estado de ánimo irritable: rabia, enfado, agresividad, malhumor.
  • Relacionadas con el retraimiento: aislamiento, soledad, ensimismamiento, culpa, etcétera.
  • Aparición de problemas en contextos o lugares en los que antes de la separación no existían o en situaciones que estaban superadas: problemas escolares, problemas con los amigos, problemas de sueño, problemas de alimentación, incumplimiento de normas.
  • Responsabilidad exagerada.
  • La ‘fantasía’ de la reunificación familiar.

Todos los problemas que acompañan a los hijos e hijas ante la separación del padre y la madre pueden entenderse como una manera de mostrar su desagrado por la situación o de preocupación ante los cambios que se producen en su vida.

Si en su caso concreto esto es así, muestre comprensión al niño o a la niña, no culpabilice a su ex pareja, y hable con su hijo o con su hija. Se debe acompañar la expresión del niño o de la niña de explicaciones tranquilizadoras de los padres y madres ajustadas a la edad del hijo o de la hija.

Informe de la situación a aquellos adultos que estén en contacto directo y periódico con su hijo o con su hija, como profesores y profesoras, o entrenadores y entrenadoras, para que estén especialmente atentos a los cambios que puedan mostrar los niños y niñas y, de esta forma, poder estar informados sobre los posibles cambios de comportamiento y rendimiento académico de los hijos e hijas.

Si con la ayuda de los padres y madres no es suficiente, puede ser necesario buscar ayuda profesional fuera de la familia. Acudir al psicólogo/a, psicoterapeuta o psicopedagogo/a es una buena decisión (seguro que podrán estudiar la situación y asesorar a los padres y madres para ayudar a los hijos e hijas).

Si es este su caso, puede consultar con nuestro gabinete de psicología en Valencia sin ningún tipo de compromiso.